31/8/20
A pesar de las circunstancias especiales que vivimos, el pasado domingo 30 de agosto se ha iniciado la Novena a Nuestra Señora de Covadonga. Es una llamada a toda la Iglesia que peregrina en Asturias a renovar nuestra confianza en la mujer que Dios escogió para asumir en su vientre nuestra humanidad, experimentar nuestra débil naturaleza por su encarnación y restablecer nuestra amistad con Dios por su entrega en la cruz.
María, la mujer creyente y fiel, nos invita constantemente a hacer de nuestra vida también una respuesta valiente y generosa al Proyecto recreador y salvador de Dios para toda la humanidad, y que cuenta con la colaboración de cada uno de nosotros, como contó con la de María. Ella representa y comunica a cada creyente la calidez maternal de la fe, la alegría de sabernos amados de Dios y la esperanza de gozar un día del encuentro, cara a cara, con Dios Padre, como ella está ya gozando; la primera beneficiaria de la victoria de su Hijo, sobre el pecado y la muerte.
Este año no podemos acercarnos a sus pies en la Santa Cueva en comunidad parroquial como hicimos estos últimos años, no podremos acompañarla en su caminar por la explanada entonándole nuestros cantos de alabanza, súplica y agradecimiento.
Pero en la parroquia dedicaremos cada día de la novena, después del rezo del rosario, a las siete de la tarde, un rato sencillo de reflexión y de oración, trayéndole en nuestro corazón las gracias y necesidades de toda la comunidad parroquial, de todo el barrio.
Y, en especial, le pedimos que sostenga a cuantos desde las distintas profesiones e instituciones, están luchando por superar la dolorosa situación que en todo el mundo está provocando la pandemia del coronavirus.
¡Madre de los afligidos, no nos dejes de tu mano!