Oración IV Domingo de Adviento
En esta última semana de Adviento pensemos en la Virgen, la madre de Jesús y nuestra Madre. Nadie le esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie le recibió con más alegría.
Tú señor te encarnaste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco y en sus brazos encontraste la cuna más hermosa.
También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día.
¡Marana tha, ven, Señor, Jesús!