I Domingo de Cuaresma
En el Evangelio de este primer Domingo de Cuaresma se nos dice que el Espíritu empujó a Jesús al desierto. El desierto puede significar soledad, vacío, miedo, pero también silencio para la escucha, espacio abierto para el encuentro con Dios sin estorbos que nos distraigan.
Nosotros también necesitamos que el espíritu nos empuje para vivir este tiempo de Cuaresma. Un regalo con el que se nos invita a saborear una mayor intimidad con el Señor, intimidad que se refleje luego en una más profunda vivencia de nuestra fe, de nuestra caridad, de nuestra esperanza.
Te invitamos a unirte a nuestra oración pinchando en el vídeo.