XXIII Domingo de tiempo ordinario
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías Is 35, 4-7a
Llega el desquite, la retribución de Dios. Viene en persona y os salvará.Salmo
Sal 145.
R. Alaba, alma mía, al Señor.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago Sant 2, 1-5
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Marcos Mc 7, 31-37
En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano.
Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.
Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:
«Effetá» (esto es, «ábrete»).
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.
Y en el colmo del asombro decían:
«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».